La foto de arriba me lleva dando quebraderos de cabeza desde hace unos días. Una poeta filipina me ha pedido que se la ceda para acompañar uno de los poemas que formarán parte de un libro que publicará en breve y que, en sus propias palabras, va a distribuirse en 25000 librerías de todo el mundo. La imagen en cuestión tiene una licencia CC Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia y parece obvio que el libro tene un fin comercial y que no tendrá la misma licencia; aún así estaba dispuesto a ceder la fotografía con dos condiciones: que apareciese como autor -lógicamente- incluyendo la dirección de la web y que me enviase una copia del libro, de las que huelen.
Con la primera no hubo problemas pero la segunda ha supuesto su negativa, argumentando que le parecía injusto que yo recibiese una copia y el resto de los fotógrafos no, ya que no la habían pedido. Es más, estaban ansiosos por comprar su ejemplar.
Hemos discutido sobre el tema, todo de forma muy educada y con unos cuantos happy new year de por medio y al final no sé si he hecho bien al negarme. Quizás he perdido la oportunidad de promocionarme un poco (aunque no creo que el libro vaya a venderse mucho). Últimamente me resulta difícil distinguir cuándo se intentan aprovechar del trabajo propio y cuándo me proponen un trato beneficioso para ambas partes.
Javier Agreda
Uff, eso me sigue pasando a mi casi siempre. Pero la verdad es que si es cierto que va a tener esa tirada (más de 25000 ejemplares, ¡que barbaridad!) es que hay dinero. ¿ninguno de los fotógrafos ha cobrado nada? Yo pienso que lo mínimo es el trato que le propusiste, si los otros no le pidieron libro es problema de ellos. Mi opinión es que has hecho bien, amigo.
Feliz año 2010.