Leí hace tiempo en un artículo que hay que ser selectivo con las fotos que publicamos. Insistía en que no tiene sentido compartir fotos corrientes, entendidas como aquellas que no muestren lo mejor que podemos hacer.  Si lo pienso creo que está en lo cierto ¿qué beneficio nos da colocar una imagen normal; no es más probable que termine perjudicándonos? Estoy hablando, claro, de fotos que pretenden tener una naturaleza artística, no de aquellas con otras finalidades, como pueden ser las redes sociales, ilustrar aspectos técnicos o imágenes conscientemente triviales.

Hoy he pasado de la teoría a la práctica y he ocultado la décima parte de mis fotos en Flickr, 80 en concreto. Eran fotos antiguas en su mayoría, porque con el tiempo he aprendido a ser más crítico y exigente. También es cierto que podría hacer otra revisión y cargarme unas cuantas más. Con las fotografías de viajes o conciertos he hecho la excepción y las he dejado todas, porque se tratan de recuerdos de consumo propio y no de un porfolio.

Algunas víctimas de la purga fotográfica

Algunas víctimas de la purga fotográfica

Y hablando de porfolios, también visualicé, por casualidad, el mío y la verdad es que me sorprendió ver algunas fotos. También fueron eliminadas. Incluso ahora, veo esas imágenes que se suponen que me representan y siento que no es así, al menos no tomas ellas. Creo que estoy en un periodo de transición y algo mejor -o que me guste más- está por llegar.

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