Mis dos últimas salidas y entradas de año han sido un completo desastre. Estas pasadas semanas han sido de traca, lo que me hace pensar que estas fechas son gafe para mí.
Las vacaciones lo han sido menos por todo el trabajo que me he tenido que llevar a casa. Termino el 2009 haciéndole al coche mi primer roce -estupendo- y comienzo el 2010 con un hijoputa arrancando (y se llevándose) el espejo retrovisor izquierdo -cojonudo- Me toca pagar la franquicia del seguro y no ha sido poco. Ayer descubro que la reparación me ha dejado un ruido chungo.
La primera vez que salgo con mi cámara nueva la guardo cuidadosamente en mi bolso -sí, de esos que ahora también llevamos los hombres- y, tras unas horas, al volver a casa me olvido de que la llevo, tiro del bolso y la cámara se me cae al suelo: Una esquina ligeramente abollada y la parte superior algo despegada, aunque parece funcionar sin problemas.
Simultáneamente me asaltan unos picores en la cara lateral interna de la tibia (!!??) que me duran unos cuantos días.
Cuando parece que todo vuelve a la normalidad, mi ordenador deja de funcionar de buenas a primeras -poco después de que se le termine la garantía, claro- Lleva 4 días en reparación y aún no han diagnosticado que le pasa, pero seguro que no resulta barato, al margen de que estoy sin música, sin poder ver películas ni series o navegar tranquilamente. Menos mal que desde el trabajo y desde este portátil -que me dejan a regañadientes- puedo mirar el correo.
Un vídeo para alegrarme un poco y ver si pasa la racha.
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