«Cola» es el tercer libro de Irvine Welsh que he leído. Le antecedieron el famosísimo  «Trainspotting» y su continuación «Porno».  Todos ellos tiene una estructura y un estilo prácticamente idénticos: narración en primera persona desde la perspectiva de los distintos  protagonistas, lenguaje arrabalero y Edinburgo como contexto asfixiante que termina siendo un personaje más.

Este paralelismo entre las obras puede ser un arma de doble filo; por un lado muchos de los fans de Welsh se mostrarán encantados de reencontrarse con un libro tan familiar (Renton, Spud & compañía hacen su cameo, por ejemplo), y otros se sentirán decepcionados, en mayor o menor medida, por la falta de originalidad de la propuesta.  Aunque he disfrutado del texto yo me encuentro en este segundo grupo, quizás por eso ha sido el que más me ha costado terminar. La infinidad de nombres, apodos, lugares y referencias culturales que me son ajenas también dificultaron mis primeras incursiones en sus páginas.

La historia nos cuenta el devenir de un grupo de amigos (Carl Ewart, Billy Birrell, Terry Lawson y Andrew Galloway) a lo largo de cuatro décadas. Hay lugar para todo tipo de situaciones pero predominan aquellas cargadas de amargura y desesperanza. La amistad será la cola que les mantenga unidos y les permita salir de esos momentos.

La cita

[…] las penas nunca las ahogas, solo las sumerges hasta el día siguiente.

PD. Al que escribió el texto de la contraportada habría que darle una paliza porque destripa la casi totalidad de la trama. Si tienes pensado leerlo, ¡ni se te ocurra mirar la contraportada!