Acabo de ver el documental ‘El arte de viajar‘ de Alain de Botton que, supongo, debe ser la versión audiovisual del libro con el mismo título (reseña). La parte del documental que he visto se centra más en los aspectos filosóficos, e incluso artísticos, de viajar. La conclusión a la que llega el autor, que no en vano es filósofo, es que la experiencia del viajero depende más de la predisposición, la actitud hacía el lugar y al propio concepto de viajar, más que a las características particulares de nuestro destino. En este punto reflexiona sobre la forma de mirar y vivirlo y acude a las palabras de otro filósofo, John Ruskin, que ya en el S.XIX, decía que los viajeros modernos miraban pero no apreciaban lo que veían (en el original contrapone los verbos to look at y to notice) y proponía dibujar aquellos elementos que nos llamasen la atención, para aprender a mirar y obtener una visión y un entendimiento mejor y mayor de lo que contemplamos.
En el documental, Alain de Botton, pide a un grupo de turistas japoneses que deje sus cámaras y bosquejen una iglesia. He echado en falta que se recogieran las opiniones de los turistas sobre este pequeño experiemiento; de cualquier manera a mí me ha llevado a pensar en cómo la fotográfia puede tener un papel ambivalente como herramienta de relación con nuestro destino.
Por un lado, componer una fotografía implica analizar el objeto en lo formal y sustancial, tener en cuenta los elementos que lo rodean y cómo interactúan los unos con los otros, buscar detalles y puntos de vista originales, es decir, a apreciar, a mirar en su sentido más profundo.
Pero, por otra parte, un exceso de este proceso analítico nos puede abstraer de vivir el momento y el lugar. Supongo que también a vosotros os habrán regañado vuestros acompañantes de viaje por ‘perder’ mucho tiempo haciendo fotos.
Para mí la solución es pasar tiempo suficiente para hacer las dos cosas: Empaparse con tranquilidad del lugar para después dedicarnos a nuestra afición favorita, la fotografía.
[Ver el documental online, en inglés sin subtítulos]
franc-tireur
Mi truco para no importunar demasiado a los compañeros de viaje es no pararme, solo fotografíar lo que viene hacia mí…no esperar, ni buscar, ni tener ideas preconcebidas. Disparando lo más rápidamente posible. Es jodido pero hay que comprender al compañero/a de viaje.
Está bien conocer el lugar y vivirlo para hacer fotos que retraten cómo es el lugar. Pero yo me he dado cuenta de que se pierde la sorpresa del encuentro. El momento en que algo te resulta diferente y disparas captando esa realidad diferente. No se si te ha pasado de ir a algún pais y los primeros días fotografiar casi todo…pero conforme van pasando los días todo te resulta más habitual. Menos diferente.
Por otro lado, muchas veces me pregunto de dónde me viene esa obsesión por capturarlo todo. Hay personas que van de viaje y hacen 30 fotos. O que al año hacen 100 fotos sobre su vida, y no necesitan más. ¿ Por qué yo necesito capturarlo todo ? ¿ para qué ?
Un abrazo Antonio http://escoyguilmon.blogspot.com/2011/03/prologo-…