p a l a b r a s p o r d e c i rExisten dos actividades en España que viven sus momentos más bajos en cuanto a popularidad y reconocimiento público. Una es la política, de la que poco hay que añadir, y la otra es el periodismo. No es casualidad que sean estas dos porque la influencia de una sobre otra es mutua; que tengamos unos políticos como los que tenemos es, en buena parte, responsabilidad de una prensa adormecida, conformista, cuando no cómplice de los intereses de los políticos. Pero hoy me gustaría hablar de la falta de profesionalidad incluso cuando al abordar tareas de pequeña envergadura.

Hoy he comprado El diario de Almería -regalan un DVD de Berlanga- lo que me ha permitido constatar la decadencia de la prenda española. En su página 19, sección Finanzas y agricultura, el artículo «Staig informa de las nuevas condiciones de mercado en vivienda» (sic) es un ejemplo perfecto de esa falta de profesionalidad a la que aludía antes. La entradilla es espectacular: «Viviendas de saldo en nueva construcción, él único valor seguro de la nueva economía» Leer semejante imbecilidad ha llamado mi atención y me ha arrastrado a continuar con la lectura encontrando algunas perlas como estas:

Conceptos como La Goleta o Jardines de la Vega de la promotora Staig, líder en desarrollo en la Vega de Acá, hacen de este nuevo barrio de la capital, a caballo entre la playa y el centro de la ciudad, el principal objeto de deseo de esta nueva oleada que facilitará la normativa puesta en marcha por Gobierno y Junta de Andalucía.

Es evidente que se trata de una nota de prensa de la propia empresa. Si buscamos en internet encontramos rápidamente otro «artículo» con párrafos idénticos (y la misma falta de profesionalidad). La cuestión es cómo el redactor no la descarta de forma inmediata al no responder al interés general o público, sino a los particulares de una empresa; pero aún así, imaginemos que le obligan a escribir un texto sobre esta información ¿cómo es posible que se dedique a copiar y pegar, sin poner en tela de juicio las afirmaciones que se hacen -falsas, tendenciosas- o darle un enfoque neutral. Si a alguien que no ha estudiado periodismo no le parece tan difícil, no entiendo por qué una persona formada en el oficio no es capaz de hacerlo.

A ambos medios les he mandado un email mostrando mi desacuerdo con la publicación de un texto publicitario, que no aparece como tal, ya que entiendo que si no protestamos contra este tipo de prensa vamos a tener que sufrirla aún más tiempo y con temas mucho más graves.