Instagram y este blog llevan en su nombre la misma raíz, pero mientras que en el primero tiene una lógica incuestionable -capturar el instante y compartirlo inmediatamente- en el segundo, se convierte casi en una contradicción. Tengo muchas fotos de las que estoy contento que esperan ser procesadas para que alguien las vea. Pobres, aún les queda una larga siesta. O sea, que de inmediatez, poca.

Así que, conociendo mis limitaciones, me aproximé a Instagram con cautela, más por conocer el fenómeno que por encontrar una herramienta que me fuese útil. La sorpresa vino cuando continué haciendo fotos tras semanas de uso y quedé enganchado, como tantos otros. Su utilidad, en mi caso concreto, tiene dos motivos estrechamente relacionados: 1) Me permite tener una cámara a mano, aunque sea la pésima de mi móvil (sin flash, 3 megapixeles, lente perruna, leeeenta), la falta de calidad se camufla con los filtros, que a su vez 2) me ahorran ese agujero espacio-temporal que supone para mí el postproceso.

También hay aspectos que no me agradan mucho: por ejemplo, la vertiente social, que termina siendo un fiel reflejo de lo que somos. La sección Explora es un buen ejemplo: Chicas y cosas monas, gente famosa y poco más. Fotos verdaderamente interesantes he encontrado poquísimas. Tampoco me gusta que los usuarios usen la aplicación para dar a conocer imágenes que no han sido tomadas con el móvil. Para esto soy muy purista y me gusta mantenerme fiel a lo que entiendo que es la filosofía del programa: hacer fotos con el móvil para captar y compartir momentos ¿qué sentido tiene subir fotos hechas con una cámara digital o incluso ya retocadas? Para eso ya está Flickr, 500px o cualquier otro servicio similar. Mi apuesta es por la inmediatez, por la versión digital de la Polaroid.

Estas son algunas de las fotos que he hecho:

El resto puedes verlas aquí.

En el blog he integrado mis instagramas, de manera que cada vez que subo una imagen a la aplicación, también se publica en esta página (como podéis ver en las dos entradas anteriores). Las últimas imágenes también pueden verse en la barra lateral.

Algunos consejos

Además de las etiquetas, me gusta incluir detalles de las fotografías en el título o su descripción, indicando el efecto usado y el resto de ajustes a través de siglas: m si he usado marco, c si he aplicado contraste y d si hay difuminado.

La gestión de la cuenta (ver fotos, comentar, agrupar contactos…) es más fácil y rápida desde un ordenador que desde el propio móvil. Existen infinidad de servicios para esto. La más completa, bajo mi punto de vista, es Statigram que ofrece un completo servicio de estadísticas; Webstagram es otra buena alternativa.

Y si te apetece seguirme en Instagram, mi nombre de usuario es antonio__mc (con doble guión bajo)