Vi el mar Báltico por primera vez -y única hasta el momento- en septiembre de 2016, durante un viaje de trabajo a Letonia. Nuestra anfitriona nos llevó hasta Jürmala, donde, por suerte y por las fechas, no había mucha gente. El otoño mostró que ya había llegado ofreciéndonos un día gris, cuya luz fue perfecta para ejemplificar esa imagen gélida que tenemos del norte de Europa.
Acostumbrado a las playas del sur y sureste de España, lo primero que me sorprendió fue el denso bosque que hay que atravesar para llegar a la playa. Es maravilloso.
Finalmente, llegamos a la playa, dejando atrás la impresionante masa verde del bosque. Nos recibe un puesto de salvamento. Y por fin, el mar: El mar me gusta así. Solo o apenas acompañado. Aunque después me fije en sus visitantes para tomar fotos. Cada uno se enfrenta a él como puede.Gente que contempla:
Gente que viene y va:
Sin duda, soy de los primeros. Mirar el mar es contemplarlo por su inmensidad. Impone aunque intentemos hacerlo nuestro:
[Esta es la segunda serie mensual temática de mi nuevo proyecto. Todos los meses durante un año iré publicando una nueva serie. Puedes recibir un aviso cuando las publique si te suscribes a instantes.net]
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